Como sabemos, las relaciones sociales y económicas entre agentes económicos cada vez son más complejas. Ello, junto con el uso masivo de medios tecnológicos y su imparable desarrollo permite la maquinación de elaborados actos fraudulentos difíciles de detectar ex ante su comisión. Fuentes policiales aseveran que, en la actualidad, alrededor del 70% de las denuncias que afectan a particulares se enmarcan dentro de varios tipos de estafas.
Para colaborar en la prevención de este tipo de delitos resulta sumamente útil conocer algunas de los principales tipos de estafas.
1. Phishing
Este tipo de estafas se llevan a cabo mediante el envío masivo de correos electrónicos maliciosos. El estafador tiene como objetivo suplantar nuestra identidad o acceder a nuestros datos personales. Para ello, se enmascara bajo una persona o entidad de confianza (como una entidad financiera, una compañía telefónica, o una empresa de mensajería), empleando logos y diseños oficiales para dar credibilidad a su embuste, y solicita confirmar o comprobar nuestros datos personales. Normalmente puede hacerlo a través de un malware que accede a nuestro equipo informático y puede sustraer datos personales o sabotear sistemas y robar dinero si la víctima pincha o accede al enlace propuesto por el estafador. También es posible, aunque menos sofisticado, que los datos sean suministrados manualmente por la víctima.
Dado que el phishing admite multitud de variantes, os señalamos algunas de ellas:
· Vishing: el engaño se produce a través de llamadas telefónicas. El estafador se pone en contacto por teléfono con la víctima enmascarándose bajo una entidad de confianza, y tratará de convencer a su víctima para que le suministre los datos personales necesarios para consumar este tipo de estafa. Muchas veces, el vishing complementa a la información obtenida por el estafador mediante el envío fraudulento de uno o varios correos electrónicos (phishing).
· Smishing: este tipo de estafa se lleva a cabo a través de SMS o mensajería instantánea a través de aplicaciones como “Whatsapp” o “Telegram”. El estafador, haciéndose pasar por una compañía de confianza, por ejemplo, un banco, comunica a la víctima una incidencia cuya solución pasa por llamar al número de teléfono suministrado por el estafador. Cuando la víctima llama, el estafador sigue con su “treta” hasta conseguir toda la información requerida a la víctima. También puede ocurrir que, en vez de proponer una llamada telefónica el estafador incluya un enlace en el SMS que contenga un malware.
· Fraude del CEO: en un entorno laboral, el estafador se hace pasar por un CEO o un empleado con jerarquía superior a la víctima que tratará de convencerla para que lleve a cabo distintas acciones que permitirán la comisión de la estafa. Algunas de estas maniobras fraudulentas consisten en solicitar la realización de una transferencia o el suministro de determinada información bajo el contexto de una supuesta operación empresarial, siempre con carácter reservado o confidencial. Normalmente, este tipo de estafas se dirigen contra empleados que manejan información confidencial, como contables, aunque también pueden ir dirigidos contra ejecutivos de alto nivel (whaling). Para convencer a sus víctimas, los estafadores suelen urgir a sus víctimas y emplean afirmaciones cautivadoras, como por ejemplo, «la compañía confía en tí». Esta presión es un clara señal que puede evidenciar que estamos siendo víctimas de esta estafa.
También es muy común que el estafador se haga pasar por un abogado. Muchas veces tales solicitudes falsas se realizan a través de correo electrónico o por teléfono y durante el final del día hábil.
· Social Network Phishing: estos actos fraudulentos se perpetran a través del uso de las redes sociales. El contenido malicioso puede insertarse a través de publicaciones con contenido malicioso, publicadas por perfiles falsos o usuarios reales cuyas cuentas han sido corrompidas por aplicaciones no autorizadas.
2. Ofertas falsas de trabajo.
Por correo electrónico, los estafadores ofrecen a su víctima un puesto de trabajo con un salario intermedio o alto. Muchos de estos mensajes proponen jugosas ofertas de teletrabajo. Para acceder al empleo, la víctima debe pagar por anticipado un precio para hacer frente a una serie de gastos (papeleo, material, etc). Cuando la víctima paga, el estafador desaparece con el dinero anticipado.
3. Timos de caridad.
El estafador utiliza la imagen de una asociación u organización no gubernamental y pide a su víctima donaciones para ayudar a paliar los daños producidos por desastres naturales, conflictos armados, epidemias, o cualquier otra excusa susceptible de conmover a su víctima. Al igual que ocurre en el tipo de estafa llamado phishing, el estafador suele utilizar logos y diseños oficiales para aumentar la credibilidad de su embuste.
4. Fraude de las tarjetas de crédito.
El estafador elabora una página web copiando a otra original en la que vende productos o servicios que pueden ser adquiridos por Internet. La web ofrece precios irrisorios (por ejemplo, descuentos del 70%) para hacerla más atractiva. Cuando el comprador se da cuenta del timo o engaño, la página web y el vendedor han desaparecido.
5. Timo de las cartas nigerianas.
Una persona de las altas esferas de Nigeria (o de un país relativamente lejano) ofrece a su víctima una cuantiosa comisión a cambio de recibir en su cuenta bancaria una ingente cantidad de dinero que el desconocido quiere sacar de Nigeria. Una vez que la víctima ha aceptado, el estafador solicitará a la víctima la anticipación de una cantidad de dinero para poder extraer el dinero de dicho país, por ejemplo, para hacer frente a gastos burocráticos, sobornos, etc. Estas cantidades nunca serán restituidas.
6. Estafas en préstamos online
Normalmente se ofrece financiación con intereses irrisorios y otras condiciones exageradamente favorables. Estos pueden ofrecerse a través de redes sociales, correos electrónicos o foros.
Como en el caso de los fraudes de las ofertas de trabajo online, el estafador solicita a su víctima que le adelante el dinero o le asegura que el dinero ya ha sido enviado pero que tiene que anticipar una cantidad de dinero para que el préstamo pueda llegar a la víctima.
7. Estafa piramidal.
Este famoso tipo de estafa obedece a una estructura de negocios en el cual los participantes tienen como objetivo la inclusión de nuevos miembros en la estructura. El dinero que deben abonar los nuevos integrantes constituye la fuente de ingresos de los anteriores participantes. Dicho de otro modo, las ganancias de los participantes originales son financiadas con las aportaciones que deben abonar los nuevos integrantes para entrar en la estructura. Para tener éxito, el número de nuevos participantes debe ser superior al de los participantes originales, con lo que la estructura cada vez necesita una “base más amplia” de nuevos participantes que sustenten las ganancias de los miembros anteriores, con lo que el modelo adopta una forma piramidal. Por ello, este modelo de negocio exige un crecimiento exponencial de nuevos participantes, lo que acaba saturando la «población objetivo» o susceptible de entrar en el negocio fraudulento.
La pirámide se organiza de forma jerárquica en múltiples niveles, en función del orden de entrada de los participantes en el negocio. Supongamos que Álvaro es reclutado por Benito. Los integrantes de la estructura deben obedecer a una lista de personas que marcan la preferencia en el cobro de las ganancias derivadas de las aportaciones de los nuevos participantes, por ejemplo, (1º) Eduardo, (2º) Diana y (3º) Carla. En consecuencia, el dinero que pague Álvaro por entrar en el negocio irá a parar al bolsillo de Eduardo. La lista resultante queda del siguiente modo: (1º) Diana, (2º) Carla, (3º) Benito, (4º) Álvaro.
Por ello, es evidente que cada vez será más complicado integrar nuevos participantes que remuneren a los participantes anteriores y puedan, al menos, recuperar la inversión realizada para entrar en la pirámide, con lo que es muy probable que varios niveles no recuperen su inversión debido a que no consigan incorporar nuevos participantes que soporten la remuneración de los miembros superiores. La falta de información a este respecto materializa el engaño, ya que los nuevos clientes esperaban obtener las ganancias prometidas. Con el descalabro patrimonial se consuma el engaño que da lugar a una estafa piramidal.
La práctica de este tipo de negocios queda prohibida por el artículo 24 de la Ley 3/1991 de Competencia Desleal.
El marketing multinivel tiene una estrecha relación con este modelo de negocio, aunque éste sí puede ser sostenible a largo plazo. Los integrantes de dicho sistema tienen dos objetivos fundamentales, vender sus productos (personalmente y a través de su equipo de comerciales) y captar clientes que se incorporen al negocio. Éstos nuevos comerciales podrán, a su vez, crear un equipo propio a través de la captación de comerciales. De tal manera, la estructura orgánica se divide en “subredes”, dando lugar a distintos niveles.
El artículo 22 de la Ley 7/1996 de Ordenación del Comercio Minorista regula el funcionamiento de este tipo de negocios.
8.Consejos para evitar este tipo de estafas
· Debemos sospechar ante ofertas demasiado tentadoras o con condiciones exageradamente favorables.
· Comprobar siempre el sitio web, y buscar distintas opiniones sobre la empresa. Es fundamental comprobar los datos de la empresa y verificar si el número de contacto está localizado en España. Para información sobre la empresa, existen numerosas bases de datos online pueden ayudarnos a comprobar los datos registrales de las empresas, por ejemplo, infocif o axesor (aunque su eficacia no es del 100%, en la mayoría de las veces sus bases de datos están actualizadas).
· Evitar transferencias de dinero por adelantado y aquellas que no dejen rastro.
· Evitar ofertas que soliciten dinero por adelantado, sea del tipo que sea.
· Evitar proporcionar datos personales y/o bancarios.
· Muchas veces los correos fraudulentos emplean frases traducidas literalmente, lo que da lugar a redacciones erróneas y frases sin sentido. Este suele ser un indicio revelador de que se trata de un mensaje fraudulento.
· Comprobar que la página web cuente con los apartados como “Política de privacidad” y “aviso legal”.
· Si tenemos sospechas de que estamos ante un mensaje fraudulento, no debemos abrir el mensaje ni descargarnos o abrir ningún archivo adjunto.
· Siempre que tengamos dudas sobre la veracidad del mensaje, podemos ponernos en contacto con el numero de teléfono de la empresa. Para ello, es recomendable no llamar al número de teléfono proporcionado por el mensaje fraudulento (si lo hay), ya que puede ser parte del engaño, y buscar por nuestra cuenta un número de contacto fiable.
Si has sido víctima de una estafa o necesitas asesoramiento legal al respecto, no dudes en ponerte en contacto con nuestro equipo de AE abogados, especializados en delitos de estafa. La primera consulta es gratuita y solo tienes que enviarnos completo el formulario a continuación.